Circular por los puertos de montaña sin que pasen coches es un verdadero lujo para cualquier ciclista. Esto es lo que se hace en algunas de las carreteras del Principado de Andorra para garantizar la seguridad de los corredores profesionales y amateurs y para que puedan gozar de las subidas y de los paisajes.
Una de las maravillas que el pequeño país de los Pirineos tiene guardada es la Coma de Arcalís, situada a 2.229 metros. Y eso lo saben muy bien los organizadores del Tour de Francia y de la Vuelta a España porque algunas de las etapas han finalizado en esta joya con la estación de esquí de Ordino Arcalís como telón de fondo.